La segunda del Decálogo. Erradicar la discriminación ideológica.
Cuando os planteo un decálogo para el cambio en Marmolejo, tengo claro que, primero, supone un compromiso y, segundo, es una herramienta que vais a tener a mano para evaluarnos continuamente en los próximos cuatro años. Con esta filosofía, cada una de las partes del decálogo tendrá la misma importancia. Sí es cierto que lo que afecta a todo aquello que no se ve en la gestión municipal hay que trabajarlo con mayor ahínco.
Los principales recursos que tiene Marmolejo no son sus infraestructuras, sus edificios. Son las personas, somos los marmolejeños que amamos nuestro pueblo y pretendemos mejorar nuestras vidas, y la de nuestros hijos, en él.
Todas las ideologías, todas las perspectivas tienen que ser necesariamente atendidas y canalizadas por el bien del pueblo. Nadie tiene la verdad absoluta a la hora de gestionar, de gobernar. Por eso un alcalde tiene que tener la capacidad de aunar toda esta riqueza ideológica y de propuestas porque SIEMPRE van a beneficiar a la comunidad en la que vivimos.
No os voy a desvelar ningún secreto si os digo que en Marmolejo existe una potente discriminación ideológica. No es una percepción es un echo consumado desde hace ya décadas.
No voy a profundizar en las causas, ni vienen a cuento, pero la hemos sufrido todos aquellos que hemos dado la cara alguna vez.
He tenido el privilegio de estar presente en bastantes iniciativas tanto culturales como deportivas en Marmolejo. Tanto en una vertiente como en otra me he sentido discriminado por el simple hecho de no ser de la cuerda gobernante. Os pondría varios ejemplos relacionados directamente con negativas del propio Ayuntamiento a iniciativas respetables, viables y positivas para el pueblo. Os pondría otras muchas sobre propuestas de mejora (mociones) presentadas por el Partido Popular en los últimos años. Pero como ejemplo me quedo con un detalle que queda alejado del Ayuntamiento, de fuera, de un vecino cualquiera.
Hace unos 10 años un grupo de personas con inquietudes comunes pretendimos publicar una revista divulgativa en Marmolejo. Era una propuesta sencilla pero muy rica en ideas y en “plumas” que rellenaran cada número. Por supuesto, de inmediato, nos pusimos a buscar financiación para que la publicación viera la luz. Ofrecíamos la contraportada para que varios anunciantes pusieran su negocio allí a cambio de financiar la idea. No fue fácil (de echo la idea no se materializó). Un par de “personas-negocios”, se ofrecieron. Pero… uno de ellos nos lo dejó muy claro cuando se enteró de quiénes estábamos detrás de aquello. Dijo: “Yo os doy el dinero, pero con la condición de que no pongáis el nombre de mi negocio”.
¿Cómo hemos podido llegar a esto? Pensad que esto pasó hace 10 años. Esta realidad se ha ido deteriorando y hoy por hoy, creo, existen dos pueblos. El que está a favor y el que está en contra del grupo gobernante. Ya se encarga el señor Alcalde de alimentar esta idea con la estrategia del “tripartito”. Toda una aberración.
La última es ningunear a la asociación de vecinos de San Julián. No han nacido a la sombra de ese árbol y, claro, eso se sufre. Todos mis ánimos y parabienes a ellos.
Si tengo que poner en un par de frases esta segunda parte del decálogo, podrían valer las siguientes:
En Marmolejo se va a erradicar la actual discriminación por razón de ideología. Cualquier grupo o persona va a ser escuchada y tratada en idénticas condiciones independientemente de su ideología política. Es mi compromiso.
A vuestra disposición.
Antonio Manuel Herrera Casado
“LUCHO”
Candidato a la alcaldía.
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